Ejercicio 3: Microrrelato
Se inicia leyendo algunos microrrelatos y hablando un poco de los principales exponentes del género: Monterroso, Cortázar, Borges, Koestler, Kafka, entre otros. Se presenta a los talleristas una imagen que representa un microrrelato, acompañada del título y el nombre del autor; se les invita a escribir un microrrelato cuya extensión esté entre una y diez líneas y que responda al título propuesto y a la imagen observada. después de un tiempo prudente, se leen los microrrelatos y elaborados por los talleristas y se comparan con los de los autores. Veamos algunos ejemplos:
Toque de queda
Omar Lara
Quédate, le dije. Y la toqué
Toque de queda
Esneida Agudelo. Grado 11º
Si no se entra para la casa, no se responde por lo que pueda pasarle en la calle después de las 8: 00 P. M.
El Verdugo
Arthur Koestler
Cuenta la historia que había una vez un verdugo llamado Wang Lun, que vivía en el reino del segundo emperador de la dinastía Ming. Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y seis, realizó su ambición.
Era un atareado día de ejecuciones y él despachaba cada hombre con graciosa velocidad; las cabezas rodaban en el polvo. Llegó el duodécimo hombre, empezó a subir el patíbulo y Wang Lun, con un golpe de su espada, lo decapitó con tal celeridad que la víctima continuó subiendo. Cuando llegó arriba, se dirigió airadamente al verdugo:
-¿Por qué prolongas mi agonía? -le preguntó-. ¡Habías sido tan misericordiosamente rápido con los otros!
Fue el gran momento de Wang Lun; había coronado el trabajo de toda su vida. En su rostro apareció una serena sonrisa; se volvió hacia su víctima y le dijo:
-Tenga la bondad de inclinar la cabeza, por favor.
El Verdugo
Giovani Mejía: Orientador
Ya desprendida la cabeza del cuerpo, el ojo derecho de la víctima hizo un guiño al verdugo. El hacha cayó vengativa sobre el ojo, disfrazando de odio su miedo.
El Gesto de la muerte
Jean Cocteau
Un joven jardinero persa dice a su príncipe:
-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahan.
El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:
-Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?
-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.
El Gesto de la muerte
Alejandro Alcaraz grado 7º
La muerte no es un gesto, es una parte de la vida que consume tu mente, vive
Reencarnación
Alejandro Alcaraz
Después de la depresión, la muerte. Desperté en un bosque. Aprendí a andar en cuatro patas; cuando empecé a correr, sentí el aire y la libertad de la vida. De pronto unas redes me atrapan y me llevan a la población. Volví a sentir la desesperación, la humanidad.